sábado, 4 de agosto de 2012

Hacen falta piratas en Extremadura



Comencé a trabajar con el Partido Pirata en el verano de 2006, cuando todavía no era mas que un proyecto que seguía la iniciativa del Piratpartiet sueco. Era la época dorada de LinEx, cuando Extremadura era una referencia en el software libre y era fácil ver por aquí a Richard Stallman, pero ya en aquel entonces tenía la sensación de que algo no iba bien en la informatización del sistema educativo extremeño, y decidí entrar en el Partido Pirata para intentar corregir el problema.

Mi entrada en el partido fue una experiencia reveladora. De repente accedí a una visión de la sociedad muy distinta de la que radio, televisión y prensa escrita difundían: fue como pasar a las traseras del escenario de un teatro y descubrir todo el entramado de decorados que ocultan la realidad detrás de una comedia. Tirando del hilo del software libre descubrí todo un entramado de tráfico de influencias, intentos de manipulación de la opinión pública, restricciones a la libertad de expresión, ocultación de la verdad... Todo ello, además, practicado por presuntos representantes electos de todo el arco parlamentario, tanto por la izquierda como por la derecha. En aquella época era frecuente comparar esta experiencia reveladora con la pastilla roja de la película Matrix, que permitía a quien la tomaba contemplar el mundo tal y como es en realidad.

Y ya no hubo marcha atrás. Durante los últimos seis años me he dedicado a fortalecer el movimiento pirata en España, labor que ha ido acompañada de una lenta y profunda reflexión que ha reescrito mi forma de ver el mundo en que vivo. Si a finales de 2006 era consciente de que algo no iba bien a finales de 2012 soy consciente de muchas de las cosas que se han hecho mal y, al menos en eso, espero poder guiar a otros.

En estos seis años han ocurrido muchas cosas: el movimiento pirata se ha extendido por todo el mundo y la ONU ya es consciente de su existencia,  los piratas suecos han conseguido dos representantes en el Parlamento Europeo, los piratas alemanes se han convertido en una de las principales fuerzas políticas de su país, y en España nos estamos convirtiendo en un referente en cuestiones relativas a Internet. Pero no podemos ser un mero referente. Es necesario avanzar para convertirnos en una alternativa real a los partidos tradicionales y, al menos en Extremadura, no es posible esperar mas tiempo.

El paisaje político en Extremadura es desolador: el PSOE está hundido tras sus últimos fracasos electorales, y el PP se hunde en la intención de voto por la lamentable gestión que tanto Rajoy como Monago están realizando desde sus respectivos gobiernos. Las principales fuerzas emergentes son IU (envuelta en una lucha fraticida entre los que odian al PSOE mas que al PP y los que odian al PP mas que al PSOE) y UPyD (que es ahora cuando está mostrando su cara mas radical, proponiendo incluso la privatización del sistema educativo público).

Todos estos partidos tienen grandes semejanzas entre sí:
  • Basan sus proyectos económicos en un aumento indefinido del consumo, ignorando el hecho de que los recursos naturales tienen un límite.
  • Para aumentar el consumo pretenden crear empleo favoreciendo con recursos públicos (y con modificaciones legislativas) a las grandes empresas a costa de las pequeñas, ignorando que en este país la mayor parte de los puestos de trabajo los generan precisamente las pymes y los autónomos.
  • Pretenden que las grandes empresas no ejerzan su influencia sobre los gobernantes, cuando han sido los propios gobernantes los que se han puesto al servicio de estas grandes empresas desoyendo al pueblo.
  • Pretenden conquistar el mayor porcentaje posible en cada ayuntamiento, diputación, gobierno autónomo y parlamento para ejercer el control del sistema mediante una falsa democracia representativa, en lugar de avanzar hacia la democracia directa para devolver al pueblo el poder de decidir.
El movimiento pirata está mas allá de este obsoleto modelo industrial. Es un partido de la Tercera Ola, y ofrece una vía hacia la democracia directa aprovechando la oportunidad que Internet nos proporciona para organizarnos en red, utilizando herramientas libres que nadie nos pueda arrebatar y defendiendo el carácter abierto y neutral de las redes. Necesitamos, además, mantener el acceso a la cultura y el conocimiento, porque un pueblo ignorante nunca podrá escapar de los manipuladores, pero un pueblo culto e informado podrá tomar decisiones por si mismo.

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