Se andan calentando las redes con la noticia de que Sam Kutesa será el nuevo presidente de la Asamblea de las Naciones Unidas. Mas de uno está indignado con el nombramiento, ya que el tal Kutesa es el padre de una legislación que persigue y encarcela de por vida a los homosexuales en Uganda.
Nada nuevo bajo el sol. Kutesa hizo su fortuna en los años noventa transportando cascos azules (fuerzas armadas bajo mandato de la ONU) al Congo... después de haber privatizado la aerolínea nacional de Uganda.
Esos cascos azules fueron enviados al Congo como "fuerza pacificadora". Al frente de la operación estaba Paul Kagame, mas conocido por ser presidente de Ruanda, acusado de genocidio y de controlar el contrabando de coltán desde las minas del Congo.
Probablemente sea ese control sobre el contrabando del coltán (un "mineral estratégico" de alto valor para la industria electrónica) lo que ha hecho de Kagame un personaje bien situado en la escena mundial. De hecho la ONU lo puso al frente (junto a José Luis Rodríguez Zapatero) de un equipo internacional encargado de la consecución de los Objetivos del Milenio... equipo formado por altos ejecutivos de empresas y organismos internacionales, la mitad de ellos vinculados a Microsoft, Monsanto y otras entidades similares.
Y, bueno, dice Paul Kagame que las fronteras entre Uganda y Ruanda son irrelevantes, que ambos países deberían unirse. De hecho, parece que Kagame y Kutesa mantienen entre sí estrechas relaciones.
Lo dicho: nada nuevo bajo el sol. Lo único que ocurre es que, de vez en cuando, alguien se entera de lo que viene ocurriendo desde hace años.
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