Entre los comentarios a un reciente post de David de Ugarte hay uno de Fernando da Rosa del que podría entenderse que el primer "pirata del copyright" fue un tal Henry Hills, y del que se hace eco Javi de Rios en su blog:
En realidad el término piratería aplicado a la industria editorial tiene
raíces muy antiguas, fue aplicado a Henry Hills por el 1707, época de
piratas, pero él solo imprimía libros a bajó costo, gracias a la nueva
tecnología de la época, para “beneficio de los pobres”, entre otras
cosas su obra género una respuesta a través del estatuto de la Reina Ana
de 1710. Tal vez estemos viviendo una revolución como la de aquella
época, cuando se popularizo el uso de la imprenta en Europa y algunos
editores empezaron a hacer, lo que algunos llamaron “piratería”.
Sin embargo, si hay algo de cierto en la leyenda, el primer acusado de "piratería del copyright" no fue Henry Hills, sino el monje Columbkille (hoy mas conocido como San Columba), en la Irlanda del año 560.
Según cuenta la tradición Columbkille realizó, a escondidas y sin permiso, una copia manuscrita de un libro que encontró en la biblioteca del abad Finnian, quien reclamó dicha copia al descubrir las actividades clandestinas de Columbkille.
Columbkille, que era un orgulloso miembro del clan de los Ui Dhomhnaill (actualmente mas conocidos como O'Donnell) se negó a obedecer al abad, y el rey Diarmaid tuvo que intervenir. Se cuenta que Diarmaid argumentó que al igual que el ternero es del dueño de la vaca, la copia es del dueño del libro, dando así la razón al abad Finnian.
A partir de aquí la historia se vuelve cada vez menos creíble, porque según la tradición la respuesta de Columbkille a la decisión de Diarmaid fue una rebelión que culminó en la Batalla de Cúl Dreimhne en el año 561, que terminó saldándose con gran cantidad de muertos por ambos bandos y con la derrota de Columbkille. Se cuenta que Columbkille fue exiliado a Escocia a conseguir para la fe cristiana una conversión por cada uno de los caídos en la batalla que había provocado. De lo poco creíble la tradición pasa al género fantástico al atribuir el éxito de la misión evangelizadora de Columbkille al hecho de haber puesto en fuga a un monstruo que habitaba en el rio Ness (a partir de aquí entramos en el terreno de Iker Jiménez).
El caso es que el exilio de Columbkille es considerado como el inicio de una oleada evangelizadora que, partiendo de Irlanda, se extendió por la Europa medieval, y que junto al cristianismo de Columbkille divulgó otra cosa: su pasión por los libros.
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