Ahora se habla mucho de recortes en educación. Se dice que, entre educación y sanidad, es necesario un recorte (o un
ajuste, según quien lo diga) de 10.000 millones de euros. Esto va a doler mucho, pero podría haber sido menos doloroso si no se hubiese transformado el sistema educativo en una fuente de negocios para empresas privadas, cuando lo que debería haber sido es un servicio público.
En realidad los recortes ya comenzaron en la época del PSOE, cuando se recortó la nómina de los funcionarios (profesores incluidos). Pero claro, a ningún gobierno le tiembla la mano cuando se trata de los funcionarios.
Esperanza Aguirre siguió otra táctica: a igual sueldo, aumentar las horas de trabajo. Esperanza Aguirre llama a estas cosas "optimizar", aunque los profesores lo llamamos "enviar interinos a la calle". Pero claro, si lo que se dice de los funcionarios es malo, lo que se dice de los interinos es de juzgado de guardia.
En otras comunidades (léase Valencia, por ejemplo) no es que haya recortes: es que no se pagan las deudas y punto, y si los alumnos protestan por la falta de calefacción, pues... Lo que se ha llegado a decir de los alumnos es todavía peor que lo de los interinos.
Y todo esto antes de la publicación de los Presupuestos Generales del Estado, que incluyen perlas como las siguientes:
Y ahora se anuncian mas recortes, que deberán poner en marcha las comunidades autónomas. Va a doler, y mucho, así que será difícil que se siga manteniendo el actual mercado en que se ha convertido el sistema educativo.
Tomemos como ejemplo los recortes arriba mencionados: el programa de cobertura de libros de texto se ha quedado en la cuarta parte, y el programa de bibliotecas escolares y animación a la lectura ha sido suprimido en su totalidad ¿Realmente no se podría haber hecho otra cosa?
Respecto a los libros de texto se podría haber apostado por la creación de libros de texto libres, como propone la iniciativa
Textos Marea Verde. Lo mas parecido se ha intentado desde las administraciones públicas es el
Proyecto Agrega, pero mientras que Agrega está orientado a la producción de material multimedia Marea Verde está mas centrada en los libros de texto. Agrega es, de hecho, un proyecto vinculado al plan Escuela 2.0, que en todos los acuerdos firmados entre el Ministerio de Educación (los mas recientes los firmó Gabilondo justo antes de ceder su ministerio a Wert) incluye la siguiente clausula:
Los materiales y obras que se desarrollen bajo el amparo del presente
convenio de colaboración con financiación del Ministerio de Educación y la
Comunidad Autónoma dentro del proyecto AGREGA se encontrarán sujetas
preferentemente al modelo de gestión y explotación de sus derechos de autor
y de la propiedad intelectual expresado en licencias públicas de CREATIVE
COMMONS (No Comercial). Así mismo se podría adquirir y fomentar la
utilización de materiales y recurso digitales sujetos a licencias comerciales
en los términos y condiciones recogidos en el ordenamiento jurídico vigente,
especialmente el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que
se aprueba el texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual.
Pero el plan Escuela 2.0 corre peligro de desaparecer por su excesivo coste económico, lo que podría dejar el proyecto Agrega en una situación mas que dudosa.
Y ¿Por qué Agrega no ha abordado la edición de libros digitales? Pues quizá porque ello hubiese supuesto un enfrentamiento directo entre las administraciones educativas y el
lobby del libro de texto, que durante estos últimos años ha venido vertiendo contra el sistema educativo acusaciones de piratería en repetidas ocasiones, por lo que poco a poco el Ministerio de Educación fue cediendo desde unas posturas iniciales en las que se buscaba la colaboración del profesor a otras posturas en las que se cedía el monopolio de los libros a las editoriales y se arrinconaba al profesorado en un mero papel pasivo de potencial cliente. Parece ser que
también la inicativa de Textos Marea Verde ha sido acusada de piratería.
En Extremadura, durante el gobierno de Rodríguez Ibarra, llegó a impulsarse un modelo que apostaba claramente por el software libre y los contenidos libres, pero el entorno de Zapatero rechazó ese modelo y apostó por otro basado en el software privativo y el protagonismo de las editoriales. El modelo extremeño quedó relegado y el sistema educativo pasó a ser un lucrativo negocio para gigantes de los negocios como Microsoft y el grupo PRISA.
Ni siquiera se ha conseguido, en todo este tiempo, la inclusión de las licencias libres en el articulado de la Ley de Propiedad Intelectual. Al final de la última legislatura de Ibarra, en 2007, la Asamblea de Extremadura aprobó pedir al Parlamento una modificación de la Ley de Propiedad Intelectual en ese sentido. Cinco años mas tarde los extremeños hemos visto como a Ibarra le sucedía Vara y a Vara le sucedía Monago, mientras que en la Moncloa Zaparero dejaba pasar el tiempo para, finalmente, ceder su testigo a Rajoy. En todo ese tiempo la propuesta de la Asamblea de Extremadura no ha llegado a ser votada en el Parlamento: llegó a estar en el orden del día, sí, pero fue retirada a petición de la propia Asamblea de Extremadura (y esto fue mientras gobernaba el PSOE tanto en Extremadura como en el gobierno central) sin que, hasta la fecha, tenga clara las razones que impulsaron a realizar dicha retirada.
De lo que podría haberse ahorrado el país empleando software libre en lugar del omnipresente software de Microsoft en la Escuela 2.0 ya es un poco tarde para seguir hablando, porque está por ver que este proyecto sea capaz de sobrevivir en la actual situación. Deberemos estar vigilantes, sin embargo, para que futuras aventuras tecnológicas no vuelvan a cometer el mismo despilfarro.
¿Y qué mas? Pues se podrían escribir cientos de posts sobre este asunto, pero a los interesados les recomiendo la lectura de
Mercaderes en el Templo.