A propósito del CSOA La Brecha

Hoy llega a los tribunales el caso del desalojo del CSOA La Brecha de Badajoz. En principio no tengo argumentos legales en defensa del citado colectivo, porque ni conozco el caso a fondo ni soy abogado ni nada parecido. Yo solo soy un político (y como tal, siempre sospechoso de arrimar el ascua a su sardina) sin cargo, bloguero ocasional y activista pro internet y derechos humanos. Pero este caso me toca de cerca por haber tratado personalmente a algunos miembros del colectivo La Brecha, de forma que no he podido evitar reflexionar sobre este caso y, en general, sobre el movimiento ocupa.

Para comenzar pongamos una cosa clara: en general los ocupas suelen ocupar viviendas y locales que llevan largo tiempo sin utilizarse para, a continuación, limpiarlos, pintarlos, rehabilitarlos y darles un uso social (talleres, conferencias, cursos, etc) en beneficio de la comunidad. Esto, en principio, debería ser una actividad a fomentar, y no a perseguir, si no fuese porque los titulares de los inmuebles ocupados suelen reclamar sus derechos y exigir la expulsión de los ocupas. A menudo los ocupas actúan como dinamizadores sociales en calles y barrios que han caído en el abandono y que languidecen poco a poco a medida que las viviendas y locales vacíos se van extendiendo como un cáncer. El movimiento ocupa representa una reacción popular a un sistema capitalista que permite que se acumule una bolsa de viviendas y locales vacíos (y, a menudo, abandonados) al mismo tiempo que aumentan los deshaucios y se necesitan locales para servicios sociales y culturales.

Los ayuntamientos podrían hacer mucho para solucionar esta paradoja, pero rara vez lo hacen. Uno de los casos de estudio mas interesantes es el de Carolina Punset, concejala de agricultura de Altea, que recorrió su localidad pidiendo a los titulares de solares vacíos permiso para utilizarlos en la creación de huertos urbanos. Recientemente ha saltado a las noticias la alcaldesa de Alzira al iniciar un proceso para expropiar a los bancos viviendas abandonadas de su localidad, rehabilitarlas y alquilarlas a bajo precio (cincuenta euros). Son solo algunos ejemplos de ayuntamientos que intentan gestionar los recursos disponibles de la manera mas razonable para cubrir las necesidades de los ciudadanos.

¿Quién es el culpable en el caso del CSOA La Brecha? ¿Quienes rehabilitaron el edificio (actualmente demolido) o quienes, pudiendo haber realizado una gestión como las de Altea o Alzira, hicieron abandono de sus responsabilidades como gestores públicos? El juicio contra La Brecha pretende ser una acción ejemplarizante contra futuras ocupaciones, pero podría convertirse en un evento que ponga en cuestión los principios que rigen en la gestión de los recursos municipales.

Por mi parte, y exclusivamente a título personal, mis simpatías están con los miembros de La Brecha. Ellos no lo van a decir, pero aparte del CSOA hoy clausurado y demolido los chicos y chicas de La Brecha son activos miembros de la PAH de Badajoz y siempre se puede contar con ellos en todas las actividades del 15 M. En mi opinión no se trata de delincuentes que deban ser llevados a juicio, sino de personas con una sensibilidad social que ya quisiera yo que tuviese la mitad de la población.

Ángel Vázquez, pirata