Hoy ha muerto Ray Bradbury. A muchos, probablemente, el nombre de este escritor no les resulte familiar, pero el autor de Fahrenheit 451 (una de las grandes distopías clásicas, junto a 1984, de George Orwell, y Un mundo feliz, de Aldous Huxley) bien que se merece un post de homenaje.
Corría el año 1953 cuando Bradbury publicó Fahrenheit 451. Eran malos tiempos: en la década anterior una generación de jóvenes europeos y norteamericanos había luchado, en teoría, para derrotar al totalitarismo de Hitler, Mussolini y Franco, pero en 1947 el mundo se había desgarrado entre el capitalismo y el comunismo, y poco importaban las libertades individuales en el nuevo escenario. Ya lo avisó Orwell cuando, en 1949, publicó 1984, una historia sobre una sociedad donde lo único que importa es el estado y todo el mundo está vigilado.
En 1950 la sociedad norteamericana entró en modo paranoico tras una fantasmagórica conspiración comunista, desencadenándose la caza de brujas, en la que cualquiera podía ser acusado de antinorteamericano y, de un día para otro, ser investigado por el FBI y acabar en una lista negra. En el Reino Unido la situación no era mucho mejor: en aquella época Alan Turing fue juzgado por ser homosexual y sometido a un tratamiento hormonal para reducir su líbido.
En 1953 el gobierno norteamericano, en su lucha contra el comunismo, llegó a establecer acuerdos bilaterales con el gobierno del general Franco. Ese mismo año Miller, en respuesta a la caza de brujas, publica Las brujas de Salem. Fue entonces cuando Bradbury publicó una novela sobre una sociedad donde leer está prohibido, porque leer te introduce ideas en la mente, te lleva a pensar, a ser infeliz y, sobre todo, a cuestionar la sociedad que te rodea: la novela fue titulada Fahrenheit 451 (la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde).
El mundo seguiría rodando. En 1954 Turing moriría en extrañas circunstancias, en 1955 Rosa Parks se negaría a ceder su asiento a un blanco en un autobús, en 1956 Allen Ginsberg publicaría Aullido... En 1966 Françoise Truffaut llevaría Fahrenheit 451 a los cines, solo dos años antes de que los estudiantes buscasen la playa bajo los adoquines de París, y tres años antes de que Lennon cantase Give peace a chance.
Treinta años después de que Bradbury defendiese en su novela el acceso al conocimiento Richard Stallman comenzaría el proyecto GNU, y Bruce Bethke publicaría Cyberpunk. Todavía pasaría un año mas antes de que Gibson publicase Neuromante y pusiese fecha de nacimiento al género cyberpunk. Bradbury se había adelantado a todos tres décadas, y abrió el camino que muchos seguiríamos en la lucha por la libertad y el acceso al conocimiento. Valga este post como humilde homenaje al maestro.
Descanse en paz, Ray Bradbury