El
actual sistema capitalista vende su presunta eficacia comparando los
mercados con los ecosistemas: en un sistema de libre competencia
sobreviven los mejor adaptados y, en consecuencia, el sistema está en un
permanente proceso de optimización. Hasta ahora una de las estrategias
mas creíbles en lo relativo a la rentabilización del capital invertido
en una empresa era la economía de escala: se da por supuesto que una
empresa grande es mas rentable que varias pequeñas ya que los gastos
fijos son menores (y por eso cuando se fusionan varias empresas en una
suelen producirse despidos masivos, ya que las necesidades de personal
son menores tras dicha fusión). Esta economía de escala,
llevada al extremo, da como resultado la concentración de la producción
de bienes en instalaciones de un tamaño cada vez mayor, que atienden a
un ámbito geográfico cada vez mas extenso. Esto es posible gracias,
principalmente, al bajo coste del transporte debido a la existencia de
un combustible barato y abundante: el petróleo.
Pero la producción mundial de petróleo parece haberse estancado desde 2005 aunque su precio sigue aumentando. En España, de hecho, parece que el máximo de consumo de petróleo se
alcanzó en 2005, junto al del carbón, y que ni siquiera el aumento del
consumo de gas natural compensa la disminución del consumo de
combustibles fósiles en España desde 2005.
En el ámbito de Extremadura es de destacar un dato: están cerrando gasolineras, y se estima una bajada del volumen de negocios de un 35% en 2012 respecto al año anterior. Podría pensarse que todo esto no es mas que el resultado del control
que la OPEP ejerce sobre los precios del crudo, pero según los datos
publicados por la OPEP lo que ocurre es que los gastos anuales de
exploración y producción de las principales empresas petroleras del
mundo se han multiplicado desde el año 2000.
Esto
significa que, independientemente de los presuntos milagros que puedan
hacer Rajoy, Merkel y Obama, el aumento del coste de los combustibles
obligará a buscar los bienes de consumo a distancias cada vez mas
cercanas al consumidor o, lo que es lo mismo, que nos veremos forzados a
reducir las importaciones y a sustituirlas por el comercio
local o regional tanto como sea posible. La economía de escala comienza
a deslizarse desde la cabeza (unas pocas empresas gigantescas) a la
cola (una multitud de pequeñas empresas), de acuerdo con el modelo de la
larga cola.
Pero
nuestro actual sistema económico está, en realidad, pensado para
favorecer a las grandes empresas y a las transacciones comerciales
internacionales. Uno de los aspectos del sistema donde esto se hace mas
evidente es en el uso del euro: una moneda de ámbito continental, creada
para facilitar los intercambios comerciales entre los distintos países
de la Unión Europea.
Una alternativa al uso del euro es el uso de las llamadas monedas sociales, de las que el Expronceda es un ejemplo. El Expronceda, moneda puesta en marcha por la asociación Movimiento Páramo
en Almendralejo puede conseguirse cambiándolo por euros. Por diez euros
se consiguen once Exproncedas, que sirven para comprar bienes y
servicios en las empresas que los acepten, lo que equivale a un "regalo"
de un diez por ciento. Los comerciantes podrán cambiar los Exproncedas
recaudados por euros pero con una penalización del trece por ciento:
esto hace que les resulte mas rentable destinarlos al consumo de bienes y
servicios en otras empresas que admitan Exproncedas. Esta estrategia de
fidelización favorece el consumo interno y penaliza las importaciones.
Esta prevista, además, la creación del llamado Expronceda solidario para su uso en mercados de trueque.
El
proyecto Expronceda, para salir adelante, necesitará del apoyo del
Ayuntamiento de Almendralejo y de los comerciantes locales, pero una vez
puesto en marcha su mayor o menor uso estará en manos de todos: será cada consumidor quien decida si utiliza el Expronceda en mayor o menor medida (al igual que cada empresa).
La
extensión de una moneda social tampoco tiene por qué ceñirse a una
localidad en concreto: podría extenderse a localidades cercanas. E
incluso podría ser transnacional: una moneda social creada en el ámbito
de la ciudad de Badajoz no tardaría mucho, de tener éxito, en extenderse
a la ciudad de Elvas (ciudad portuguesa con la que mantiene estrechos
vínculos comerciales).
¿Pueden las monedas sociales como el Expronceda sustituir al Euro? No del todo (siempre habrá que importar algo, y para eso es mejor una moneda como el Euro) pero podría decirse que, al menos, son un complemento que permitiría a las economías locales fomentar el uso de recursos propios en sustitución de otros foráneos.
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