¿Se trata de posicionamientos personales o, por el contrario, son ideas basadas en la doctrina oficial de la Iglesia Católica? Mas bien parece lo segundo que lo primero. Admitiendo que puedo equivocarme en mis conclusiones (se trata de un tema tan extraño que resulta difícil distinguir lo que realmente cree la jerarquía católica de lo que considera una metáfora) parece que las ideas básicas en las que se basa la "teología feminista" de la Iglesia Católica son las siguientes:
- "Cada uno de los sexos es, con una dignidad igual, aunque de manera distinta, imagen del poder y la ternura de Dios" (Catecismo de la Iglesia Católica, 2335).
- La unidad sustancial cuerpo-espíritu. No somos solo cuerpo o solo espíritu. Somos un espíritu encarnado; el cuerpo no es una prótesis de la persona; es sacramento de la persona, su visibilización (Catecismo de la Iglesia Católica, 365 y audiencia general de 16 de abril de 1986 de Juan Pablo II).
- La diferencia sexual no es un accidente, es constitutiva de la persona. Somos persona-varon o persona-mujer por voluntad de Dios, y desde esa diferencia somos llamados al amor. Nuestro cuerpo tiene una dimensión nupcial, está creado para el don, para amar, y en el ámbito del matrimonio se hace lenguaje del amor en el abrazo conyugal abierto a la posibilidad del don de la nueva vida (Catecismo de la Iglesia Católica, 2333 y Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y en el mundo, n. 8). "La vocación al amor forma parte de la auténtica imagen de Dios que el Creador quiso imprimir en su criatura, llamándola a hacerse semejante a él precisamente en la medida en la que está abierta al amor. Por tanto, la diferencia sexual que caracteriza el cuerpo del hombre y de la mujer no es un simple dato biológico, sino que reviste un significado mucho mas profundo" (Discurso de Benedicto XVI al Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el Matrimonio y la Familia, 11/5/2006), "el cuerpo del hombre y de la mujer tiene, por decirlo así, un carácter teológico; no es simplemente cuerpo, y lo que es biológico en el hombre no es solamente biológico, sino también expresión y realización de nuestra humanidad" (Discurso de Benedicto XVI sobre "Familia y comunidad cristiana: formación de la persona y transmisión de la fe", 6/6/2005).
- La profundización de la contribución de la mujer no pasa por su "clericalización"; así lo enseña la Iglesia de manos del beato Juan Pablo II: "con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22, 32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia" (Beato Juan Pablo II, carta sobre la ordenación sacerdotal reservada solo a los hombres, Respuesta de la Congregación para la Doctrina de la Fe a duda sobre la citada carta de Juan Pablo II, carta de Juan Pablo II sobre la dignidad y vocación de la mujer). Hay que hacer notar que "la tendencia a la clericalización de los fieles laicos" (exhortación de Juan Pablo II sobre vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo) como forma de "promoción" intraeclesial, es mas frecuente de lo que se podría pensar (carta de Juan Pablo II a los sacerdotes, jueves santo de 1979) y afecta tanto a varones como a mujeres; es necesario distinguir bien, en la teoría y en la práctica, entre el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial (Instrucción sobre algunas cuestiones acerca de la colaboración de los fieles laicos en el sagrado ministerio de los sacerdotes). Resumiendo, y utilizando las palabras del Concilio Ecuménico Vaticano II: "las mujeres ya actúan en casi todos los campos de la vida, pero pero es conveniente que puedan asumir con plenitud su papel según su propia naturaleza" (Gaudium et spes, n. 60).
Cada uno de estos puntos merece un estudio mas profundo. Respecto al primer punto, el que habla de la igual dignidad de los dos sexos, distintas imágenes del poder y la ternura de Dios, tiene sentido en el contexto de que "la igual dignidad de las personas se realiza como complementariedad física, psicológica y ontológica, dando lugar a una armónica “unidualidad” relacional, que solo el pecado y las estructuras de pecado inscritas en la cultura han hecho potencialmente conflictivas" (Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y en el mundo, n. 8). Explicado en palabras sencillas: el relato de la creación del mundo expuesto en el Génesis habla de la separación de complementarios tales como luz y oscuridad, agua y tierra y, finalmente, hombre y mujer. Se considera, por lo tanto, que hombre y mujer son seres complementarios el uno respecto al otro, y ni tiene sentido que se enfrenten el uno al otro (lucha de sexos) ni tampoco tiene sentido que se ignoren las diferencias entre uno y otro (teoría queer, ontología cyborg). La teoría queer y la ontología cyborg entrarían, también, en conflicto con los puntos 2 y 3 de la teología feminista tal y como la expone el Obispo de Alcalá.
Es necesario explicar a qué se refiere la afirmación de que "el pecado y las estructuras del pecado han hecho potencialmente conflictiva" la "armónica unidualidad relacional". Afirma Manfred Hauke (el autor del libro "Teología Feminista" cuya traducción al castellano ha sido recientemente presentada por el Obispo de Alcalá) que "existen opresiones a la mujer que son, teológicamente hablando, consecuencias negativas del pecado original". Hauke deber referirse, probablemente, a la sentencia contra Eva por haber desobedecido a Dios: "A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti" (Génesis 3, 16), cita mencionada por Juan Pablo II para explicar el origen de la vergüenza del hombre (audiencia general de 18 de junio de 1980).
En resumen:
- El hombre y la mujer son seres complementarios. El feminismo "deconstruye" el ser humano porque: a) enfrenta los complementarios "hombre" y "mujer" en una lucha suicida y b) la ideología de género pretende ignorar las diferencias que hacen complementarios a "hombre" y "mujer".
- El cuerpo y el alma son inseparables. El propio género es algo que no puede ser elegido por cada persona en contra de su propio sexo (o se nace hombre con cuerpo de hombre o mujer con cuerpo de mujer, y eso es inmodificable). El cuerpo no es una prótesis del alma, por lo que el transhumanismo de la ontología cyborg es imposible.
- El rol social del hombre es el que es y el de la mujer es el que es, y no se pueden cambiar (especialmente en el seno de la Iglesia Católica). Está bien que la mujer participe "en casi todos los campos de la vida, pero pero es conveniente que puedan asumir con plenitud su papel según su propia naturaleza".
- "Existen opresiones a la mujer que son, teológicamente hablando, consecuencias negativas del pecado original". La culpa de los problemas de las mujeres es, por lo tanto, de Eva, Adán y la serpiente.